lunes, 21 de octubre de 2013

Visitas en Euskadi (País Vasco).

No me quisiera perder estas visitas, sea este año o el próximo.
Son cinco los bosques de Euskadi donde el otoño muestra todo su esplendor, todos sus colores, pero también toda su melancolía.

- HAYEDO DE BURBONA
Toda la vertiente suroccidental del macizo de Gorbeia está cubierta por un extenso y frondoso bosque de hayas. Es el conocido como hayedo de Altube. Aventurarse en su interior es siempre un ejercicio recomendable. Su manto de hojarasca, su perenne sombra, su frondoso frescor conforman un cúmulo de sensaciones para el caminante que hacen de la excursión un grato paseo. Si además la caminata es otoñal -por estas fechas- y le añadimos la berrea y los tonos ocres de la hoja caduca, la experiencia se puede convertir en inolvidable.
Una excelente propuesta para transitar por esta mancha de hayas es la ascensión al Burbona. Más que una ruta de montaña, un sencillo paseo por suaves lomas cubiertas de hayas.La excursión comienza en el Parketxe de Sarría (Centro de Interpretacion del Parque Natural de Gorbeia).
Allí debemos descender hasta la entrada del aparcamiento y coger una pista de tierra que nace frente a la caseta de información. Paradójicamente. todo este tramo inicial de la marcha discurre entre pinos, y no ofrece dudas. Sólo hay que seguir la pista principal, que asciende hasta el cordal principal. Cerca ya de él nos toparemos con una bifurcación, donde seguiremos por la derecha hasta un cruce con una cruz de señales (0h.35'), justo a los pies del Kamurazabal. Estamos ya en la línea de cumbres que nace en Altube y muere, mucho más al norte, en el Nafarkorta.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
A partir de aquí no hay más que seguir hacia el Norte (dcha.) la pista que discurre a través del hayedo por el cordal. Un delicioso paseo que coincide en todo este tramo con la GR-12 (Travesía de Euskal Herria) y nos lleva, casi sin darnos cuenta, hasta el Burbona (934 m.), indicado en una cruz de señales (1h.30') en medio de las hayas. Desde el desvío (izda.) hasta el buzón-cohete apenas hay doscientos metros.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
Desde aquí, desandamos el camino para retornar al Parketxe (2h.45'), aunque los más montañeros pueden seguir el cordal cimero y visitar los otros dos Burbonas de esta curiosa montaña con triple cima antes de descender, siguiendo una pista forestal (O), hasta el refugio y puente de Aldarro (2h.30') para continuar junto al río Baias hasta el Parketxe (3h.10').

- KAPILDUI-BARRANCO AYUDA
Al oeste del Parque Natural de Izki, ya en tierras de Treviño, el río Ayuda dibuja en su tramo entre Okina (Álava) y Sáseta (Treviño) un precioso barranco de gran interés medioambiental. Tanto que está incluido en la red Natura 2000 de espacios protegidos. Esta estrecha y profunda garganta ofrece un espectacular paisaje que incluye saltos de agua, pozas de agua cristalina, un rico bosque de ribera, hayedos centenarios, peñascos desplomados y una nutrida fauna con el visón europeo como gran referente.
Recorrer este desfiladero, por el que discurre el GR-38 (Ruta de Vino y el Pesado) es siempre un aliciente. Que crece si hablamos del otoño, una estación en la que lo colores y los matices del paisaje se disparan en este territorio privilegiado.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
El punto de partida de la excursión es el Okina, un aislado núcleo rural próximo a los límites con Treviño y que además ofrece una segunda opción de paseo otoñal: conocer el frondoso hayedo del Butxisolo, un escolta de lujo del Kapildui, la montaña que domina este territorio.
Desde la iglesia de este remoto pueblo perteneciente a Bernedo, hay que encaminarse hacia el desfiladero (S). Según nos intermanos en el, la pista forestal se convierte en un cómodo camino que recorre el cañón pegado al río. Es el momento de olvidarse de las prisas y recorrerlo disfrutando del sonido del agua, de las cascadas de sus afluentes, de sus escarpes, de su exhuberante vegetación, de su molino... Sin darnos cuenta de que en algo más de una hora habremos llegado a Sáseta, pueblo burgalés en el que desemboca el desfiladero.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
De vuelta a Okina, vamos a conocer el hayedo de Butxisolo. Se toma el mismo camino que al desfiladero, aunque al poco de dejar atrás las casas, se coge un desvío a la izquierda. Y otro, unos metros más allá. Inmediatamente comenzamos a ganar altura por el barranco de Zezabala con excelentes vistas de Okina y la vertiente oriental del Pagogán. Más arriba, el camino nos obliga a elegir a la entrada misma del hayedo. Un vial se interna entre los árboles y el otro lo bordea. Da igual; ambos se unen más arriba.
Tras un par de revueltas, la pista se vuelve a bifurcar (0h.45'). Seguimos por la izquierda hasta una pequeña campa rodeada de hayas. Continuamos un difuso camino hacia la derecha, que remonta hasta un abrevadero (1h.00'). Estamos ya en el corazón del bosque. Sea cual sea la dirección elegida, disfrutaremos de sus colores, sus olores, su mullido manto de hojarasca antes de retornar a Okina.

- CAÑÓN DE IZKI
El río Izki es un afluente del Ega, tributario a su vez del Ebro y al que desemboca cerca de Santa Cruz de Campezo. Nace en el corazón del Parque Natural al que da nombre y pasa por Korres. Dejado atrás el único núcleo poblado existente en el interior del espacio natural, abandona el Parque camino de Bujanda por el cañón de Izki, un exuberante y angosto desfiladero entre las peñas de Muela y Soila, inconfundibles desde el sur por su altivo perfil de proa de barco.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
Atravesar este barranco en otoño es una delicia. La variedad de especies forestales que conforma su bosque de ribera otorga una policromía difícil de ver en el paisaje vasco. El contraste con la roca de los cortados de Soila y Muela no hace más que engrandecer el paraje, que da paso a un bosque de hayas y robles que en absoluto desmerece a su antecesor.
Partimos, en Korres, desde el Parketxe y atravesamos el caserío medieval, admirando los pasadizos y las fachadas con sus puertas de madera adornadas con eguzkilore, hasta la iglesia. A su derecha, una callejuela sale del pueblo y pasa junto a la cueva de La Ballena. Unos metros más abajo, tomamos una desviación a la izquierda. Es el ancestral camino que unía Korres con Bujanda a través del barranco de Izki, que nosotros vamos a recorrer en su integridad.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
En el primer tramo discurre a media ladera, por la margen izquierda, justo bajo los farallones, lo que permite disfrutar de una panorámica general de su exhuberante vegetación y de los acantilados que encañonan el barranco. Más adelante, pasamos junto a la presa Aranbaltza y descendemos hacia el río, hasta un cruce en el que confluye el enlace a la Senda Antoñana (0h.30'). Seguimos el vial de la derecha, aunque a los pocos metros tomamos un sendero a la izquierda. Se trata de un desvío provisional, que se adentra en el frondoso bosque para conocer el viejo puente de Lagabia, ya que un poco más adelante retorna a la pista, que ya no abandonamos y que, tras un amplio cruce con rotonda incluida, discurre entre campos de cultivo hasta Bujanda (1h.10').
El retorno a Izki lo hacemos por el mismo camino, aunque los más montañeros pueden tomar la senda Antoñana y seguir por ella hasta su enlace con la Senda El Agin, que asciende hasta el Soila y retorna a Korres por su vertiente Norte (3h.00').

- HAYEDO DE OTZARRETA
A todos nos han contado alguna vez un cuento de gnomos y duendes que viven en un bosque mágico, con árboles forrados de musgo, cubierto perennemente de una alfombra de hojarasca y surcado por una serpenteante arroyo de aguas cristalinas y tintineantes. Pues bien, ese bosque existe. Y no se encuentra en tierras remotas surgidas de la imaginación de un escritor, sino bien cerca. Está en el Parque Natural de Gorbeia y se llama Otzarreta.
Es un bosque pequeño, apenas unas hectáreas, pero son suficientes para acoger un paisaje que nos traslada a tierras de ensueño. Y que, como no podía ser de otra forma, en otoño luce en todo su esplendor. Se encuentra en el extremo oriental del Parque Natural de Gorbeia, en la frontera entre Álava y Bizkaia muy cerca de otro paisaje singular de esta gran reserva de la naturaleza vasca: la turbera y humedal de Saldropo, donde completaremos la excursión.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
La excursión comienza en el puerto de Barazar, un punto clave desde tiempos inmemoriales en la conexión comercial entre la meseta y la costa. Junto al restaurante Bengoetxea parte una pista que se dirige a Saldropo. Este tramo aún lo podemos hacer con el coche, entre alerces japoneses y cipreses Douglas de repoblación. En una primera bifurcación seguiremos por la derecha y será en la siguiente donde dejaremos ya el vehículo para iniciar el paseo. El ramal de la izquierda lleva al hayedo y el de la derecha, a Saldropo, lo que nos permitirá completar un recorrido circular.
Nos dirigimos primero a Otzarreta por una pista en buen estado. Transitamos entre los bosques que acabamos de cruzar y pastos que permiten divisar el Gorbeia en el horizonte. El camino apenas tiene desnivel y en menos de media hora de cómodo paseo llegamos a una bifurcación. Justo entre los dos ramales descubrimos el bosque de Otzarreta, un pequeño hayedo formado por apenas un centenar de ejemplares surcado por el regato que le da nombre. Caminar sin rumbo entre las hayas nos permitirá descubrir que son trasmochas: sus ramas no se extienden en horizontal, sino que crecen hacia el cielo ya que las originales fueron cortadas por los carboneros para elaborar su negro combustible vegetal.
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
Tras disfrutar de este idílico paraje, retomamos la caminata por el camino que delimita el hayedo por la izquierda y que gana altura con suavidad. El objetivo es Saldropo, así que en la siguiente bifurcación seguimos por la derecha. La pista nos lleva al portillo de Upeta, que da paso a una vaguada encajonada entre el Eneabe, inconfundible por sus antenas, y el Bastelarra, herboso escolta menor del rocoso Arralde. Es el momento de dejar la pista principal y tomar (dcha) otra que conduce directamente al humedal de Saldropo, cuya turbera quedó prácticamente extinguida por su aprovechamiento para jardinería y la agricultura a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y hasta la calificación de este espacio como Parque Natural (1994). Un recorrido circular balizado y reforzado por paneles informativos permite descubrir este singular y delicado ecosistema antes de volver por la pista principal al coche (2h.30’)

LOS BOSQUES DEL SANTUARIO DE URKIOLA
Los bosques vascos que no puedes perderte este otoño
El alto de Urkiola y su cercano Santuario conforman el punto neurálgico del Parque Natural. Allí se ubica el Centro de Interpretación (Toki-Alai) y desde allí parten rutas a la práctica totalidad de sus cumbres. Aún más, su entorno aglutina todo un muestrario de la riqueza etnográfica, natural y paisajística del Parque. Y los bosques de hayas que pueblan el entorno de Santuario son uno de sus mayores tesoros. Un territorio, por cierto, ocupado originariamente por abedules ('urkia'), que son el origen de la denominación de Urkiola.
Primero conoceremos el hayedo que se alza al sur del Santuario, al que accedemos tras cruzar entre el pequeño caserío que tiene adosado el templo. En su tiempo los edificios acogieron la hospedería, el hospital y el resto de 'servicios' del santuario. Una ancentral calzada (data del siglo XVII, aunque la actual es una reforma) nos lleva entre las hayas en un breve paseo hasta la ermita de Santa Apolonia, también llamada de Santutxu, edificada en 1515 sobre una fuente a la que se atribuyen propiedades curativas. Según la tradición, los que padecen dolor de muelas deben llenar la boca de agua, dar tres o siete vueltas alrededor de la ermita y arrojar el líquido en su interior invocando a la Santa.
De vuelta al Santuario, no podemos dejar de tocar la gran roca que hay ante su pórtico, a la que se le atribuyen poderes prodigiosos. La llaman 'Tximastarri' y la tradición asegura que es un meteorito. Nada de eso, pues no deja de ser una piedra de cantera. El caso es que según la tradición obra milagros. La costumbre es dar siete vueltas a la gran roca. El Santo, defensor de las causas perdidas, garantiza encontrar pareja al romero/a que se lo pida con fe y convencimiento en los poderes del santo.
Vamos ahora a conocer el hayedo que se extiende al norte del Santuario, hasta el mirador de las Tres Cruces. Primero conoceremos la nevera que hay al otro lado de la carretera y luego recorreremos el cercano vía crucis hasta el espectacular mirador de las tres cruces, construido en 1943 por encargo póstumo de un fiel. Por el camino pasaremos junto a la ermita de la Vera Cruz y del Santo Cristo. El actual edificio data de 1665, tras resultar destruida por unas fuertes nevadas. De vuelta al Santuario es el momento de obviar el camino y deambular entre las hayas, disfrutando de sus colores, oliendo la humedad del hayedo, sintiendo el poder y el misterio que emanan los bosques caducifolios en otoño.

Indicaciones para no perderse: 
HAYEDO DE BURBONA

jueves, 10 de octubre de 2013

Visita teatralizada pueblo de Portilla (Zambrana)

Dicen que, pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Es por esto, que me encanta recorrer los pueblos que rodean nuestra geografía. En esta ocasión el turno tocó a Portilla. Pero no el famoso de Cuenca, sino el pequeño y desconocido de Álava. 
En él sobrevive hoy olvidado un Conjunto Patrimonial denominado Castillo de Portilla, del que apenas se conservan algunas paredes y minaretes. Las murallas, antaño inaccesibles, se van desmoronando; la antigua iglesia del poblado medieval presenta un aspecto ruinoso; y las estructuras del castillo roquero evidencian signos visibles de su decadencia progresiva.
Históricamente, en los siglos XI y XII su importancia fue mayor, pues constituía un valioso enclave defensivo del reino de Navarra. En el siglo XIII, cuando castellanos y navarros se enfrentaron por el control del territorio alavés, el guipuzcoano y el Duranguesado, pasó a formar parte del reino castellano. Y con el desplazamiento de su frontera hacia el este, el lugar fue perdiendo importancia paulatinamente, marchándose sus habitantes a otros emplazamientos, como la actual de Portilla, o la nueva villa de Berantevilla, que tenía mejores tierras para el cultivo gracias a su situación en el valle del Ayuda.



Otro dato muy importante a conocer,
es que en el escudo de Álava,
el castillo que se representa es el de Portilla.


    

Todos éstos son datos que hasta ahora desconocía y que he llegado a conocer gracias a las visitas teatralizadas que organizáron la semana pasada por razón de las fiestas del pueblo.




Los actores sublimes,la puesta en escena y decoración inmejorable, y la comedia magnífica. Mereció la pena sublir la cuesta agreste que hay desde el pueblo hasta el Castillo, especialmente por la hora, ya que al ser de noche, entre candiles y linternas, la diversión estába asegurada. 








Para los amantes de los castillos, la arqueología y la historia en general, he encontrado una web que las agrupa a todas: www.castillosnet.org . Según ésta, en Álava tenemos nada menos 63. De modo que, tengo muchas excursiones que preparar...

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Abarzuza y Lacar. Batallas Carlistas.

Entre mayo y junio se libran las batallas carlistas en Tierra Estella e Iranzu. La representación es bianual, por lo que es mejor informarse antes de ir.
Este año sí ha habido, con este horario:
  • 26 de Mayo. Visitas teatralizadas al Museo del Carlismo de Estella- Lizarra 16:30 y 17:30h.
  • 27 de Mayo. Desfile de tropas. Guerras Carlistas. Estella, Santo Sepulcro 12:30h.
  • 9 de junio. BATALLA DE LÁCAR. Plaza de Lácar. 18:00h.
  • 16 de junio. Batalla de Abárzuza. Muerte del General Concha. Casa rural Don Roque.12:00h.
  • Estos días se reflejan hechos históricos tan importantes como fueron “La Batalla de Lácar” acaecida  en 1875 y “La Batalla de Abárzuza “en 1874, una de las batallas más importantes dentro de las guerras carlistas del siglo XIX.
    Los lugares más importantes en Tierra Estella donde se fraguaron batallas, donde murieron y vivieron generales tanto liberales como carlistas y donde su huella hoy todavía permanece impertérrita para ser visitada y darla a conocer.

    Posteriormente y muy cerquita, en el monasterio de "Irantzu" también se hacen visitas teatralizadas, aunque al ser éstas en recinto cerrado se cobra una entrada. La obra que se podrá ver es "Irantzu entre el valle y el cielo", arte, historia y anécdotas ocurridas en este bello Monasterio Cisterciense. En total un elenco de 30 actores,  pertenecientes al grupo de teatro Kilkarrak, nos deleitarán con el mejor teatro en un entorno de ensueño. Las visitas se realizarán durante 4 sábados y 4 domingos, 28 y 29 de julio, 25 y 26 de agosto, 15 y 16 de septiembre. Y el precio: 3€ adulto y 2€ niños.

    Para concretar toda esta información lo mejor es consultar la web de tierras de iranzu.com

    Visitas en Navarra.

    Las he visitado todas, pero no puedo evitar poner esto antes de que retiren los comentarios.
    Lugares a visitar en Navarra.
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra

    Albergue de reyes y reinas en la antigüedad, Navarra es una comunidad por descubrir. Rodeada de paisajes de ensueño, castillos y palacios, y pueblecitos con mucho encanto puede ser una buena opción para hacer una escapada en septiembre si estás de vacaciones. Recorremos algunos de sus rincones.
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra
    1. La ruta de la brujería: Zugarramurdi
    En la comarca de Xareta, muy cerca de la frontera con Francia, nos encontramos con lugares llenos de misterio. Navarra tiene un pasado embrujado, y es aquí donde los mitos y leyendas sobre la brujería y los espíritus persisten. Dicen que todavía en este tipo de pueblos se oyen las voces del diablo, y sus vecinos, supersticiosos, cuelgan flores de cardo a las puertas de sus casas para espantar a las almas oscuras. Para tanto llega el asunto que incluso hay una ruta que va por todos los lugares de la comarca en busca de relatos perdidos.
    En Zugarramurdi podemos encontrar retazos de todo esto a través del 'Museo de las Brujas', donde se pretende dar espacio a la dantesca historia que protagonizaron una serie de personas, que debido a la fiebre brujeril de la época, sucumbieron a los caprichos de la Inquisición. También en la famosa 'Cueva de Zugarramurdi', donde las celebraciones paganas estaban a la orden del día, y durante la época de la Inquisición, fue presentada como prueba irrefutable de que allí se realizaban ritos de brujería. Además, no sólo de leyendas se nutre el turismo del pequeño y acogedor pueblo, ya que la cueva es un gran complejo kárstico atravesado por el arroyo 'Olabidea', o como se conoce en la actualidad, 'Arroyo del infierno'. En la actualidad, la gruta se encuentra preparada para el visitante, con horario de visitas, aunque sólo una vez al año, en el solsticio de verano, vuelve a abrir sus puertas a las leyendas que la hicieron darse a conocer, y se celebra una fiesta pagana o 'bacanal', con el carnero asado como principal manjar.
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra


    2. Termas naturales: Embalse de Yesa
    Rodeado de pequeños pueblecitos abandonados, y con el agua cristalina y turquesa característica de Navarra, nos encontramos con el pantano de Yesa, muy cerca de otros sitios más turísticos como el Castillo de Javier, el Monasterio de Leire o el Valle del Roncal. Se encuentra muy cerca de la capital, a 47 kilómetros, y se puede disfrutar de los deportes acuáticos que se realizan en él, así como de unas pequeñas termas naturales que sólo se descubren en verano, cuando el nivel del embalse baja.
    Tomar el sol o darse un baño de barros pueden ser otra de las actividades a realizar, así como visitar los pequeños pueblos abandonados debido a la creación del propio embalse, que produjo la eliminación de los terrenos que los agricultores y ganaderos usaban para trabajar. En algunos de estos pueblecitos abandonados podemos encontrar albergues donde comer o tomar un café.
     
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra
    3. En la Sierra de Urbasa: Nacedero del Urederra
    Quien visite Navarra no puede dejar de acercarse al nacimiento del río Urederra. En la Sierra de Urbasa, cercano a la localidad de Baquedano, las aguas cristalinas, de un azul turquesa de película, pueden dejar al visitante con la boca abierta. Su nombre, que viene del euskera 'ur ederra', significa hermosas aguas, y de verdad que le hace honor. La razón de estos colores es el componente kárstico del suelo del arroyo, que al ser blanco, produce ese intenso tono en sus aguas. Esto, sumado a su precioso entorno, su vegetación, su infinidad de pequeñas cascadas, y sus colores y olores, hicieron que el lugar fuese declarado reserva natural en 1987, incluso llegó a figurar como candidato a las 'Maravillas de Navarra'.
    Es un lugar ideal para senderistas aficionados y familias que quieran salir de excursión, ya que la dificultad de la ruta que lleva hasta la cascada del nacimiento es bastante baja. Sólo seis kilómetros separan al visitante de la cascada. El río nace a 713 metros de altura. Un imponente mirador rocoso, al que se puede acudir en coche, y desde donde uno se puede deleitar con el paisaje de la zona. La erosión del agua ha provocado que la roca se interne cada vez más, dando la sensación de estar en un gran anfiteatro de altura.
     
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra
    4. Quinto Real: Real Fábrica de Armas
    En los valles pirenaicos del Baztan, Erro, Esteríbar y Alduides podemos encontrar este extenso bosque de hayas. A 8,5 kilómetros de Eugi y su precioso embalse, y a escasos 9 kilómetros de Francia, nos encontramos, entre árboles, vegetación y la fauna que caracteriza el lugar, las ruinas de la Real Fábrica de Armas de Eugi.
    Entre hayedos, podemos observar los restos de este lugar, un conjunto monumental de 10.000 metros cuadrados, que días atrás acogió a una población de hasta 500 personas. Lo que fuese anteriormente el edificio ha quedado reducido a los arcos que se encuentran sobre el río Arga y que son las partes de la edificiación mejor conservadas. En 1766 se instalaba esta fábrica debido a los innumerables recursos naturales que abundan en la zona, que dotaban a sus trabajadores de materia prima para realizar armas y munición de la época. En 1794 sería destruída por los franceses en la guerra de la Convención.
    El espacio, más parecido al de los cuentos de hadas, es ideal para dar un paseo a través de sus árboles, y de las ruinas rodeadas de musgo. Además, Eugi, el pueblo que se encuentra a escasos kilómetros, es perfecto para hacer una parada y comer en alguno de los típicos restaurantes con vistas al precioso embalse.
     
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra
    5. Al pie del camino: Roncesvalles
    Es la segunda parada del famoso Camino Francés, tras San Juan Pie de Puerto, aunque para muchos es el inicio del mismo. Su estrátegico enclave ha dotado a este pueblo como lugar de paso a través de la historia, tanto para soldados como para, en la actualidad, peregrinos. La historia rodea el municipio, y es que en este pequeño pueblo situado en la merindad de Sangüesa, a 47 kilómetros de la capital, se libró una de las más famosas batallas contra el rey franco Carlomagno. Los lugareños dicen que la ganaron ellos, pero no hay datos históricos que especifiquen realmente lo que pasó.
    En lo que al entorno se refiere, cabe destacar la famosa Colegiata de Santa María, uno de los mejores ejemplos del arte gótico francés. Además, al claustro se abre la capilla de San Agustín, donde podemos encontrar la enorme tumba de Sancho VII el Fuerte, uno de los reyes de Navarra de la dinastía Jimena, apodado así por su gran compexión física. Dentro de la misma colegiata podemos encontrar un museo donde se presentan lienzos, tallas, piezas de orfebrería, y el que sería el conocido Ajedrez de Carlomagno, figura protagonista de historias, relatos e incluso novelas, como 'El Ocho' de Katherine Neville.
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra
    6. De princesas y caballeros: Palacio Real de Olite
    Esta pequeña ciudad situada en la comarca de Tafalla es un regalo para la vista de los más fantasiosos. Situada en el corazón de Navarra, a 40 kilómetros de Pamplona, nos encontramos ante un municipio medieval, con sus callejuelas y su castillo típico de princesas y caballeros. El municipio, rodeado de viñedos y con una clara tradición vinícola, está declarado Conjunto Histórico Artístico.
    El Palacio Real fue albergue de los principales reyes navarros hasta su anexión con la corona de Castilla. Era uno de los palacios más lujosos de la época, y en la actualidad, pese a que en su interior no se conservan muebles ni decoración, queda clara la belleza de la edificicación. De un tono rosado, y enmarcado por diferentes torres, el viajero, con sólo un vistazo, puede trasladarse a la época medieval e imaginar las vidas de los lugareños. Parte de su estructura está edificada sobre una antigua fortaleza romana, y aunque ha sufrido diferentes catástrofes, como un incendio en 1883 que lo destruyó parcialmente, las labores de conservación y restauración han cumplido su objetivo. Además, una de las partes del edificio se encuentra habilitada como Parador Nacional.
    Además del precioso palacio, podemos encontrarnos ante un pueblo completamente medieval, con un impresionante ciudado en los detalles. Las iglesias de Santa María y San Pedro, los conventos de San Francisco y Santa Engracia, los recintos amurallados romano y medieval, las galerías medievales y el entramado urbano ponen el broche final a una pequeña ciudad que a nadie deja indiferente.
    Brujas, princesas, hayedos y buitres, sin salir de Navarra
    7. De aves y buitres: Foz de Lumbier
    Si lo que te gusta es observar a las aves en plena naturaleza este es el lugar ideal. Nada más y nada menos que cientos de buitres leonados pasarán a escasos metros de tu cabeza en un camino que recorre una estrecha garganta formada por la erosión del río Irati.
    La foz, declarada reserva natural, tiene 1.300 metros de longitud y se puede recorrer a través de la vía verde que discurre cerca del río. En el camino, además de observar el comportamiento de las aves, dos enormes túneles, que se recorren completamente a oscuras, nos transportan al pasado, por donde pasaba el primer tren eléctrico de España llamado 'Irati', que comunicaba Pamplona con Sangüesa. Al final del camino podemos observar los restos de un puente del siglo XVI, que según los lugareños fue construído por el diablo, de ahí que haya pasado a denominarse 'Puente del Diablo', .
    Por otra parte, antes de llegar a la vía verde, hay un mirador en la carretera NA-178, desde donde los más curiosos pueden observar el momento en que se les da de comer a los buitres.

    Puente la Reina - Gares. Encrucijada de Caminos

    "En la ruta Jacobea
    hay  una unión de caminos.
    La unión es Puente la Reina,
    descanso de peregrinos.
    Puerta abierta a la venida,
    como sis campos abiertos;
    puente amigo a la salida,
    es una mano tendida
    que está invitando al regreso."
    (Aurora de Santiago)


    Muchos monumentos religiosos y civiles configuran la gran riqueza artística que existe en Puente la Reina, punto en el que confluyen los dos recorridos del Camino de Santiago en Navarra y, por tanto, paso obligado para los peregrinos.

    El puente que da nombre al lugar, es un puente románico del siglo XI, construido sobre el rio Arga. Se levanta sobre seis arcos de piedra, además de otros arcos menores en los pilares con el fin de aliviar la carga. Antiguamente sobre este puente existían tres torreones, uno a cada lado y otro en el centro donde estaba la famosa Virgen del Chori, llamada así por un bonito relato mitad realidad, mitad leyenda. Cuenta que cada cierto tiempo la Virgen recibía la visita de un pajarico (txori) que limpiaba su cara con el pico. Este hecho provocaba la celebración de festejos por parte de la población, pero en 1848, la imagen fue trasladada y desde entonces, el chori no volvió a ese lugar.

    El pueblo es llano e ideal para ir con niños. Además hay una zona ajardinada junto al puente para descansar, inmejorable.

    La mejor época para visitarlo es el último fin de semana de septiembre, cuando se celebran las fiestas tradicionales, hay mercado de artesanía y no podemos perdernos el día grande, el domingo, cuando a eso de las 14.00 horas, se celebra la Carrera Mundial de Layas, en la que los participantes deben llegar a la meta subidos sobre "layas", una herramienta con la que se trabajaba en el campo.

    Artajona. Mercado medieval

    El pasado domingo 25 de agosto dimos una vuelta por Navarra hasta recalar en un pueblito llamado Artajona. Un lugar que no resulta conocido a simple mención, pero que hace algunos años tenía visitantes tan ilustres y famosos como el autentico 007 Sean Conery y la siempre maravillosa Audrey Hepburn. Esto fue debido a la filmación de una película que cambiaría la imagen de un pueblo para siempre. Me refiero al filme "Robin y Marian", rodado en 1976, en realidad no hace tanto...


    Pero centrándonos en el lugar, es ideal para los amantes de las piedras y piedrolos, ya que su muralla restaurada y la iglesia fortificada en lo alto de la colina permite imaginar cómo se vivía allí en otros tiempos.

    Aviso para navegantes con niños, sillitas o carritos: es el pueblo con más cuestas y más empinadas que me haya encontrado, además de la conservación de los suelos en empedrado original, por lo que los baches están asegurados.

    Lo mejor es aparcar a la entrada del pueblo y comenzar a caminar, siempre hacia arriba. Otra opción es avanzar rodeando el pueblo  y coger el desvío que sube hasta la zona amurallada, hay un parking al final, de modo que ésta puede resultar más cómoda.

    Otra época muy buena para visitar el pueblo es en sus fiestas, la segunda semana de septiembre. Además muy cerca de allí podemos completar el día con la visita a los dólmenes conocidos como "Portillo de Enériz" y "La Mina". 


    miércoles, 17 de julio de 2013

    Inciso

    Estos días me ha atormentado la tierra de mis macetas. Al fijarme en ella, aparecían una especie de cristalitos, casi como sal, y unos minúsculos bichitos blancos. Me asusté mucho porque al mismo tiempo, las plantas estaban amarilleando y creía que tenía alguna plaga o enfermedad en ellas.

    Tras mucho investigar y preguntar a mis expertos habituales, he llegado a la conclusión de que las regaba en exceso y, que por ello, aparecieron los "bichitos". Al final he optado por cambiar la tierra y regarlas menos. Espero que a partir de ahora mejoren.